Tercer año 2014

Los niños esponjas

      Al pensar qué escribir en estas páginas fueron apareciendo ideas interesantes, pero al pensar cada una llegaba también a una idea parecidamente opuesta. Pensé en los chicos que crecen sin límites, pero enseguida pensé en aquellos cuyas vidas están excesivamente marcadas por ritmos y normas. Pensé en la violencia en la escuela, como al copiar patrones de adultos agraden sin razón; pensé en los agredidos, como quizás copiando otros patrones no pueden defenderse. Llegaron a mi mente estos niños “adolescentes”, llenos de actitudes de grandes; llegaron entonces los niños “aniñados”, a los que ya de grandes los tratan como bebes. Pensé en como la tecnología invadió el mundo, tanto adulto como infantil, y creo que este es un punto importante que define la infancia actual. El acceso a la información es ilimitado y ella suele ser poco adecuada para su pequeña edad. También es un factor favorable para su desarrollo por las oportunidades ilimitadas de crecimiento que brinda. Pensé en las publicidades, los juegos que juegan, la poca imaginación, las situaciones de las que ellos son parte y deberían ser excluidos, la falta de comunicación con sus padres, las diferentes formas de violencia, el abandono, los ejemplos adultos que tienen a su alrededor directa o indirectamente.
    Me preocupa en definitiva el entorno en el que ellos están creciendo, entorno del cual ninguno de ellos puede ser excluido. La sociedad me preocupa…Todas las situaciones nombradas (y mas) son producto de las actitudes de los adultos ¿Cómo puede ser que sólo en el camino hacia la escuelas puedan enfrentarse con padres discutiendo, publicidades con un alto nivel sexual e individuos que se insultan de un auto a otro? ¿Cómo todo eso puede suceder en pocos minutos ante sus ojos?
   Me preocupa lo que los niños ven. La tecnología les alcanza una variedad audiovisual inimaginable: juegan juegos de guerras, ven películas o publicidades para adultos en cualquier horario y canal, escuchan insultos tanto en la tele como en videos por Internet y los padres no siempre controlan esto. Se les escapa de las manos por la inmensidad de aspectos que abarca y los niños toman estos ejemplos como algo normal, entonces pegan, insulta y repiten todo aquello.
    Esta preocupación se desencadenó un día mientras realizaba una suplencia. Un niño de tercer grado me llamo la atención: trataba mal a las mujeres, se quejaba de cada cosa que hacían sus compañeras, las insultaba y difería con ellas constantemente. Lo observé en detalle, todas sus actitudes con ellas eran negativas. Al día siguiente la situación continuó de la misma forma y decidí intervenir. Lo llame al escritorio y le pregunté por qué las trataba así. Su respuesta fue mas clara que la que podría haberme imaginado “Yo soy como mi tío”. Seguimos charlando y él me contó que su tío de 30 años era soltero y se la pasaba de fiesta en fiesta, me comentó que él tampoco quería tener novia porque las mujeres no servían para eso y demás detalles con los que entendí sus actitudes. Este nene crece día a día con este ejemplo de hombre y eso explica sus acciones y reacciones. Lo escuché y le remarqué que esa no era la única ni la mejor forma de ser hombre. No supe que mas decirle y volvió a su lugar. Yo quedé pensando como el entorno de esta criatura había desarrollado en él estos aspectos personales que lo definían. 
     Creo que no se trata de ser buenos o malos padres; tiene que ver con un entorno inseparable. Los chicos son esponjas y absorben todo esto que los rodea… Busquemos la parte positiva a estas esponjas, hay una parte negativa que de una u otra forma van a interiorizar, pero no olvidemos que las buenas formas, una rica comida cuando llegan del cole y un beso de buenas noches son actitudes que también van a absorber.  Y esto es para mi lo mas importante que como padres y educadores esta en nuestro alcance: hacerlos fuertes y mostrarles que esta en ellos la capacidad de discernir entro lo bueno y lo malo, lo que quieren tomar o no de este entorno: aquello que los haga felices.