Las siguientes páginas
tienen como objetivo principal observar las relaciones socio-políticas que se
dan en determinados periodos fascistas, entre los “padres” e “hijos” de esas
naciones. El interés en esas relaciones, se encuentra en los distintos métodos
que utilizan los líderes para persuadir, motivar y/o manejar a las masas menos
favorecidas.
Entre ellos se observan distintos
caminos: formas de comunicación y gestualización; la utilización de determinados
símbolos; el control de la información y del manejo de expresiones artísticas
como, en este caso, el cine… caminos que tienen como fin promover la unión
nacional.
Uno de los periodos seleccionados para
analizar, es el que se da en la Alemania Nazi, comienza en al año 1933 con la
llegada de Hitler al poder, y finaliza
en el 1945 con la derrota del país en la segunda guerra mundial, produciendo el
fin también, del régimen nacionalsocialista. Durante estos años, el régimen
totalitario presenta a la figura del Führer (del termino alemán ‘líder’) como
el líder carismático que actúa “como un padre agresivo o tierno, según las
circunstancias y el contexto.”[1] Esta
figura es central para el análisis de la comunicación entre él y el pueblo.
Por
otro lado, se tendrá en cuenta el periodo italiano comprendido entre los años
1922 y 1945. Su líder indiscutible Mussolini lleva al extremo el nacionalismo e
instaura un régimen totalitario, eliminando toda oposición presente y
suprimiendo, entre otras cosas, la libertad de prensa.
Por
ultimo, se encuentra España, en el contexto de la Guerra Civil, entre los años
1936 y 1939, seguida por la dictadura Franquista, desde la finalización de la
guerra, hasta la muerte de Franco en 1975.
Las corrientes
fascistas impulsaron una especie de ‘fanatismo’ por la patria, que llevan a
generar símbolos de identificación, himnos, monumentos y nuevas expresiones
artísticas.
Con las nuevas
políticas, comienza la búsqueda de un nuevo
arte posible de ser catagolizado como racial-nacional-popular. Pero
además de un arte nuevo, se aspira (como también lo hace la política) a un arte
eterno.
El caso del cine cuenta con la ventaja de la
atracción de las masas, fue una actividad cultural a la que los periodos
fascistas le otorgaron gran importancia. Así se producen películas donde los
discursos (o los dobles discursos) llegan al pueblo, como sucede con la
película española Raza. “La cantidad
se ha convertido en calidad”.[2]
Teniendo en cuenta
el poder de persuasión que produce un espectáculo audiovisual, muchas veces en
la historia se ha prohibido la divulgación de ciertos films provenientes de los
bandos no oficiales.
El capital simbólico al que se hace
referencia, esta formado, por ejemplo, en el caso de Alemania, a la bandera del
Reich: roja contrastada con un circulo blanco con la conocida cruz gamada dentro
(Símbolo antisemita tradicional). También el águila representa a esta nación,
simbolizando la altura y el poder, como emblema masculino y paterno.
Estos símbolos los
encontramos recurrentemente el El triunfo
de la voluntad, donde detrás de cada discurso, una cantidad de banderas
incontables flamean a la par de los lideres.
El saludo fascista
tiene su origen en Roma: el brazo extendido y la palma abierta hacia abajo.
“Las manos alzadas eran una señal de suplica o de adhesión y también un gesto
de aclamación y de aplauso”.[3]
El
uniforme es una de las representaciones mas graficas que se encuentran, una de
las cuales al portarlo, demuestran un gran orgullo. “Los uniformes de los SS
eran elegantes, bien cortados, con un toque de excentricidad”.[4]
Se
genera una unión entre todos los que llevan esas ropas. En la película Raza, aproximadamente al minuto 44,
cuando dan la sentencia a muerte a José, él le pide a Marisol que le lleve su
uniforme. Era una deshonra morir sin el y le dice: “No quiero morir así”. Después
de varios minutos donde se exageran los valores nacionales nos encontramos con
esta escena donde una vez mas, vemos el orgullo de este español por su país.
La
forma mas directa que tiene un líder de comunicarse con su pueblo, es a través del discurso. Durante esas palabras se ponen al limite las
estrategias de manipulación, tanto concientes como inconscientes.
La
película documental El triunfo de la
voluntad, de Leni Riefenstahl, esta compuesta por varios discursos de la
época fascista alemana. Nos centraremos en el discurso de Hitler, dirigido a la
juventud alemana, donde “la actividad proselitista, antes que por la exposición
de ideas y argumentos, pretende actuar sobre los mecanismos inconscientes de
las personas”.[5]
Luego
de la presentación, cuando Hitler aparece, el pueblo produce una gran
aclamación: lo recibe una gran multitud con su saludo tan característico, su
mano derecha en alto, en un ángulo de
alrededor de 40º sobre la horizontal, y apenas ladeado hacia la derecha.
Sus primeras palabras
son “Mi juventud alemana...”. Hacer del discurso, una propaganda personalizada
y no objetiva, es una característica esencial según el texto de Adorno.
Otra característica propuesta
por Adorno, que se evidencia en su discurso, esta referida al fin del movimiento.
Mas allá de hablar de esa gran Alemania que anhelan, no queda claro qué
intentan conseguir en concreto con ese misterioso renacimiento. Hitler dice:
“vosotros manteniéndose de pie aquí, representan algo que esta ocurriendo en
todas partes de Alemania, y nosotros queremos que vosotros se embeban de todo
aquello que nosotros anhelamos para Alemania.” Glorificando la acción, se
suprime y evita la finalidad del discurso.
Las palabras del
líder, motivan a esta juventud a ser parte de la futura Alemania, sin embargo,
estas personas no son tomadas como seres humanos individuales, sino como
grandes masas a quienes hay que enseñar el futuro que ellos desean para lograr
que sus ideologías perduren en el tiempo.
El
fascista Alessandro Blasetti, dirige en 1941,
La corona de Hierro. Guido
Aristarco dice al respecto:
“En el fantástico reino de Kindaor
(¿transposición de la antigua Roma?) reina Sedemondo, que ha asesinado a su
hermano usurpándole el trono; pero la ‘corona de hierro’ (¿el símbolo
lictorio?) sanciona la caída del tirano, y solo a través de la boda de su hijo
con la hija del monarca enemigo (¿un autentico pacto?) pone fin al conflicto
entre los dos pueblos, dejando bien clara tanto la condición de vencedor (un
Gino Cervi con su incomparable simpatía) como la del vencido y sometido”.[6]
El
discurso de esta película, no es directo como lo es El triunfo de la voluntad. Podría pensarse que films como estos no
son útiles en estos periodos históricos, sin embargo, películas como estas,
donde el sentido de lo que se quiere contar no es único, sino múltiple,
resultan interesantes y ofrecen una mirada critica y la capacidad de encontrar
un ‘plus’, “un sentido que excede sus significados mas inmediatamente
reconocibles”.[7]
La corona de Hierro no funciona como una
copia fiel a la realidad, sino como una huella de la misma.
La película española Raza, dirigida por José
Luis Sáenz de Heredia en el año 1942,
presenta un guión escrito por el mismo Francisco Franco. Más allá que esta característica
no fue difundida con plena naturalidad, se encuentran huellas en su discurso,
dejando a la luz sus intenciones y un claro mensaje: los republicanos son
‘malos’.
No
es un detalle menor la auto-presentación de la película, por medio de los
títulos, como “la gran superproducción española”. Fue el jefe de estado quien
impulsa la realización de la cinta y se evalúa al proyecto como “el mayor
acontecimiento cinematográfico de la España del nuevo régimen”.[8]
En consecuencia, la película es establecida frente al público (de poca capacidad
intelectual) como la historia oficial española. El argumento abarca
desde el año 1898 hasta el 1939, centrándose en las crónicas de una familia
militar.
La
película toma el carácter de ‘educadora’ al repetir constantemente ciertos
principios impuestos por el franquismo. Desde los primeros minutos observamos a
la familia que espera al valiente padre militar que fue a pelear por su patria.
Cuando Pedro baja del barco, se encarga de comunicarle a Luis, que su nieto a
muerto en combate:
“Tuvimos un temporal y la patria
nos pidió al mas valiente. La virgen se lo llevó”.
Desde estos primeros minutos las
reglas son claras, ser militar y dar la vida por España es lo correcto, y es
también la voluntad de Dios. Estos valores crecen minutos mas adelante, cuando
hablan de “…la muerte hermosa” al referirse a que cuanto mas sacrificio
implique el deber, mayor será su belleza. Esto se enfatiza aun mas en el
momento en el que le piden a Pedro, que valla a Cuba ya que necesitan “al mejor”.
Su respuesta es simple:
“Es mejor así,
aquí me moriría de vergüenza…”
Ya sea una película educadora, o una
película impositora, es evidente que deja muy marcada la figura de lo bueno y
de lo malo.
Escenas mas adelante, a los 52
minutos, se encuentran unas imágenes muy graficas en cuanto a la construcción
del enemigo para el Franquismo: Un cura le habla a unos niños sobre Dios:
“…y sufrió
mucho mas que todos (…) murió para redimirnos, para que todos los hombres
fuesen buenos”
Seguido a esa frase, se escuchan
golpes en las puertas: Son los “salvajes” milicianos que entran y destruyen
todo.
Después de todo lo dicho, hay una
clara intención por la que el jefe de estado español y los líderes mencionados
anteriormente, mandan a hacer esta clase de films: un pueblo a quien educar
bajo el comprensible lenguaje audiovisual.
Mas allá de hacerlo de
forma clara y directa, o de enmascararse bajo la estética de la ficción y de
los símbolos, se busca la persuasión y sumisión, para lograr por ese camino, una
falsa unión.
El papel de los ‘padres’
en este circuito es fundamental… Como dice Goebbels Alfred “…muchos
deben comprender que, cuando cae la bandera, también cae quien la lleva”.[9]
Bibliografía Consultada.
- Adorno, T. (2005), Ensayos sobre la propaganda fascista:
psicoanálisis del antisemitismo (Capítulo 1).
- Benjamin, Walter (1989),
“La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica” (Epílogo).
- Sontag, Susan (2007), "Fascinante fascismo".
- Goebbels, Alfred, “Discurso en el Hotel Kaiserhorf el 28 de marzo
de
- Gubern, Roman (2005), "La imagen nazi".
- Kracauer, Sigfried (2002), "La propaganda y los films de
guerra nazis".
- Sánchez-Biosca, Vicente (2006), "Destrucción, resistencia y
revolución. Utopías, mitos y estereotipos de la izquierda".
- Alberich, Fernán (1997), “Raza,
Cine y propaganda en la inmediata posguerra”.
- Aristarco, Guido (1995), “El cine italiano durante el fascismo”.
- Dottorini, Daniele (2010), “Entre el
realismo y la disimulación. La forma sutil del cine fascista”.
[1] Gubert, Román.
(2005) La imagen pornográfica y otras
perversiones ópticas. Anagrama, Barcelona. Pág. 215.
[5] Adorno,
T. (2005), Ensayos sobre la propaganda fascista: psicoanálisis del
antisemitismo (Capítulo 1). Pág. 7
[6] Aristarco, Guido (1995), “El cine
italiano durante el fascismo”. Pág. 139.
[7] Dottorini, Daniele (2010), “Entre el realismo y la disimulación. La forma
sutil del cine fascista”. Pág. 80.
[8] Ferran, Alberich.(1997) Raza. Cine y
propaganda en la inmediata posguerra. Pág. 51.
